miércoles, 11 de marzo de 2009

Para los niños lectores...


Pues bien, debo advertirles que el siguiente texto lo escribí cuando apenas había cumplido los 15, así que no les sorprenda la clara inexperiencia mostrada, sólo quiero enseñar una parte de mis antiguos pensamientos. ¿Por qué no?

Apología del libro

No tomándose en cuenta lo que se diga actualmente, ni las nuevas formas de enseñanza desarrolladas para acelerar el aprendizaje, los libros son y serán por mucho tiempo más, y en cualquiera de sus nuevas presentaciones (y me refiero precisamente al actual uso del Internet) la principal y más certera fuente de los conocimientos humanos.


Un gran autor inglés dijo un día: "la verdadera Universidad hoy en día son los libros" y esta verdad a pesar del dasarrollo que modernamente han tenido las instituciones docentes, en la actualidad es más cierta que nunca, puesto que no hay mejores conocimientos que los que se obtienen por cuenta propia. Sin embargo, el uso de los libros ha caído en el abandono, principalmente por los jóvenes ya que, fuera del uso de las actividades formativas, la lectura por placer parece no tener cabida.


Como estudiantes los libros son necesarios, pero no importantes. Ayudan a resolver problemas de Física o a encontrar a tal o cual personaje en la historia, pero ¿a cuántos de nosotros nos ha ayudado a encontarnos a nosotros mismos? Cuántos de nosotros hemos flotado, al disfrutar de esa intimidad que sólo se desarrolla entre las páginas, las letras y el lector;al disfrutar el olor de un libro nuevo o viejo, o del sonido al cambiar de página. Y que decir de esa voz, no la propia ni la mía, ni la de nadie más que conozcamos, esa voz que siempre está ahí y únicamente lee para nosotros.


Leer no debería de considerarse como una obligación más, sino como una acción enriquecedora del alma que nos hace experimentar emociones nuevas. Una actividad para aquella gente deseosa de conocer el mundo, personas nuevas y diferentes formas de ver la vida. Un gusto, una adicción, de ésas en las que, cuando uno se ha dejado caer, ya es imposible retroceder y no convertirse en un personaje quijotesco. Mediante la lectura, podemos adquirir experiencias que debido a nuestra condición humana y mortal, no podríamos tener al alcance todos los días.



Un libro, es una máquina de sueños, entre sus páginas podemos encontrar un sinfin de posibilidades que más allá de nuestra imaginación, no tendrían cabida en este mundo.


Los libros se les hacen poco atractivos a los chavos por que se les antojan aburridos, serios,demasiado solemnes. objetos relegados a los adultos y a la gente seria y culta. Hay demasiado barullo afuera que atender, que leer un libro es una cosa engorrosa, una pérdida de tiempo digna únicamente de los "nerds".


Muchos pueden dar miles de teorías sobre por que los chavos no leen, pero desde aqui en la tierra, no leen por tres principales razones: la primera es por que en su casa no hay nadie que los haya enseñado a leer. si así es, noy hay quien les hay presentado al principito, o a Pinocho, en vez de sentarlo a ver en colores pastel un refrito de Disney.


La segunda, son los medios de comunicación masiva. En medio de una sociedad consumista, los medios nos muestran (y no sólo a los chavos) muchas "sugerencias" de que y como hacer nuestras vidas. Ejemplo de esto son los diferentes melodramas sobre "jóvenes" con poca capacidad de raciocinio y guiados únicamente por sus instintos.


La tercera, el entorno social que es totalmente decisivo por que, al querer ser parte de un grupo, el deseo de aceptación los hace seguir un sinumero de reglas no escritas, cambiando todo: la ropa la música que escuchas, etc. Y de los libros, ni hablar, son relegados a segundo plano, algo vergonzoso y casi reprobado. Conjugando todo lo anterior tenemos como resultado, el que la lectura pertenezca al pasado y hayamos entrado a vivir de la televisión.


Definitivamente, fomentar la lectura en los chavos, será una larga lucha que no fácilmente podrá ser ganada, es una batalla más parecida a la seducción que se da entre dos personas, que a la comunicación masiva.


La constante repetición de que leer en bueno, es como una vacuna anti-lectura. Aunqué quizá, los medios de comunicación no han encontrado o no han querido encontrar la forma de acrecentar la cantidad de lectores, mostrando a los libros como entretenidos y relajantes. Sólo hay algo que hará a los chicos leer, y eso es que leer se ponga de moda.



Ya se que no suena muy bien, y que ahora podría hacer todo un estudio basado en la teorías de Marx, Freud y otros grandes, pero en ese tiempo, cuando dejaba atras la oscuridad de la educación básica en la escuela pública, no era fácil alcanzar algo grandioso. Ya. Dejaré de disculparme.

domingo, 8 de marzo de 2009

Si lo digo por que soy mujer


No me había dado cuenta del día que era hasta que una de mis compañeras en el trabajo me dio, en un pedazo de papel enrollado con mucho cuidado, un poema sobre lo maravilloso que es ser del sexo femenino. Fue en ese momento que empecé a pensar seriamente en las ventajas que tiene el sexo femenino. Y no, lo que vas a leer a continuación no se trata de un manifiesto feminista más, ni de lo horrible que es librar batallas con nuestro cuerpo o algo similar. Sólo es una interpretación más de la realidad que a algunas nos rodea.

He estado pensando y desde que hemos buscado la igualdad de derechos (del último siglo hacia acá), como es natural nuestras obligaciones se han duplicado. Hoy podemos estudiar, pero siguen existiendo los que dudan y creen que algunas carreras “no son para señoritas”. Podemos desempeñar muchos e importantes trabajos, pero que gracioso ellos ganan más que ellas. Podemos casarnos y seguir trabajando, pero hay que llegar a lavar la ropa, vestir a los chicos, alimentar al marido. Entonces, ¿somos realmente iguales? ¿De verdad hemos ganado terreno? Incluso, he escuchado a muchos cínicos decir “pero querían ser libres, ¿no?”.

Por supuesto que si, pero no hemos sabido manejar nuestra libertad. Seguimos permitiendo que tomen el control en nuestras vidas, sea mamá, sea papá o sean las amigas, sea mi marido o la tele que me exige tener una cintura diminuta, pechos enormes, y un cerebro minúsculo para no darme cuenta de que lo que nos venden va a terminar con nuestra salud.

Nos hemos estancado un poco. Si a los hombres les venden porno a nosotros nos venden Chanel. Incluso nos hicieron un día para comprar regalitos e intercambiarlos con las amigas. Hemos caído victimas del consumismo.

Pero no nos han vencido. Aún hay algo que hacer y eso es, dejar de intentar cambiar el mundo para cambiarnos a nosotros. Y es que nunca seremos iguales a los hombres (ni quien quiera serlo), pero desde ahí esta equivocado el concepto, hemos querido ser iguales, pero sólo en aquello que nos conviene o en eso que no queremos dejar de disfrutar. Las niñas dicen por ahí que quieren ser iguales, pero gritan “ni loca que yo lo invite a salir, eso es cosa de chicos”. E incluso otras que conozco (según ellas, más liberales) consideraron realmente escalofriante el pensar si quiera en ser el señor de la casa: “y yo para que quiero a un mantenido”. Sorpresa. No sólo ellos piensan que hay actividades exclusivas para nosotras, también nosotros pensamos lo mismo de ellos. Y eso también se lo debemos a la televisión.

Busquemos mejor la libertad pero de todos los seres humanos, la seguridad de que cada persona hará lo que mejor la haga sentir sin que alguien se burle de ella. Logremos algo más que el que se instituyan días para que nos arrojen flores y nos den papelitos de colores.

jueves, 5 de marzo de 2009

Más allá de los cambios


Cada vez más cerca de las elecciones y muchos no saben por quien van a votar. Algunos regidos por la apatía y la indiferencia seguiran a los partidos de siempre. Otros más buscaran un cambio en `los "partidos pequeños", de esos que andan por ahi proponiendo grandes modificaciones con argumentos y fuerza casi nulos. Y andan otros más por ahí que buscan algo diferente. Por que los cambios ya han decepcionado a más de uno (y de eso tu tienes la culpa Vicente)

"Yo anularé mi voto" es la frase que reza en el blog de Edgar Clement, un "truhán, un señor" que propone precisamente eso, la participación ciudadana para agrandar la protesta: que las cosas en México cambien de manera radical y desde abajo. Es un movimiento que ya ha sido abordado por varios bloggeros y quie esta captando más seguidores. Esta es una cuarta opción a considerar este 5 de julio.
Paralelamente, y aunque parezcan similares no lo son, en la red se desarrolla un movimiento más y que tiene pretensiones mayores: que el hartazgo de la ciudadania la haga hacer una introspección para llegar a la conclusión de que "nosotros somos la raíz y la solución del problema". Estamos habando de Dejemos de hacernos pendejos, una organización no gubernamental y partidista, que pretende ser totalmente diferente a cualquier otro movimiento antes realizado.

Sin duda alguna esto habla de que algo se esta gestando dentro de esta sociedad, se trata de cambiar lo que está al alcance de uno mismo y sumar todos los cambios para construir una nueva cultura de la legalidad. Se trata pués de generar una inercia positiva que revierta los efectos corrosivos de la complicidad social. Dejar de hacerse pendejo es una especie de propósito de año nuevo: “Este 2009, no voy a dar mordidas, voy a denunciar la corrupción de mis autoridades y voy a respetar las señales de tránsito”.

Se trata en especial de generar una nueva cultura de la legalidad que nos haga concientes de lo que nuestra debilidad ha permitido.

Existen miles de personas en México que si creen en una transformación cultural que están disppuestos a abrir los ojos y, aún fuera de todo movimiento social, se esfuerzan por lograr un país más honesto.
Aunque diferentes, ambos movimientos proponen algo similar: dejar de permitir las incongruencias que hacen a este país completamente surrealista, para anular la injusticia, la corrupción la pobreza y el atraso que nos rodean.

domingo, 1 de marzo de 2009

Cada quien habla como le va en la feria...



El clima se encuentra realmente inestable hoy, pero eso no impide que cientos de visitantes se acerquen al gran cierre de actividades de la XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Mineria en la Ciudad de México.


Por la mañana las filas son inexistentes y los visitantes pueden darse el lujo de pasear sin contratiempos por los espacios ocupados por las casas editoriales invitadas al evento, cuyos expositores esperan tranquilamente a los invitados para mostrarles tanto las novedades editoriales y los clásicos de la literatura universal.

Por ahí y allá pueden observarse a jóvenes que, ya sea por una tarea escolar o por curiosidad innata, se acercan a este espacio y muestran su interes sobre la gran variedad editorial.

La tenue luz del palacio les otorga a los visitantes esa intimidad necesaria para ser seducidos por García Márquez y Shakespeare, Laura Esquivel y Carlos Monsivaís.

Mientras tanto, algunos de los visitantes se encuentran enfrascados en las diferentes conferencias, presentaciones de libros y revistas, lecturas en voz alta, mesas redondas y los pequeños en variados talleres infantiles, a los cuales son invitados por altavoces que resuenan por los pasillos.

El día va avanzando y por los pasillos la gente es tanta que ya es muy dificil avanzar. Y por este espacio tan lleno de cultura, todas las manifestaciones del arte se hacen presentes, por lo que un pasillo escondido se exponen fotografías realizadas por jóvenes talentos, y cuya colección lleva por nombre "Mirada Joven".

Para finalizar este recorrido que mejor que terminar con una buena taza de café en la mano y un grandes libros en el bolsillo.